Por Alejandra Lazo

CIO de adnciudad.com

Después de dos años de intentar poner un poco en orden la casa, después de más de una década de descontrol donde los que fueron elegidos para cuidar los intereses de los argentinos hicieron un aprovechamiento desmedido del Estado, llegó la hora de que Mauricio Macri demuestre para que fue votado.

Porque están muy bien las giras y las reuniones con los mandatarios extranjeros, donde se elogia lo realizado y se prometen apoyos, pero la Argentina necesita salir adelante rápidamente y para eso es necesario que realmente lleguen las inversiones y se genere más y mejor trabajo.

Sin dudas muchos no pueden siquiera imaginar el descontrol que había en el Gobierno. Muchos empleados que ni siquiera trabajaban y sólo se presentaban para cobrar un sueldo; y proveedores que desfilaban reclamando que hacía tiempo no se les pagaba. También, como testigos de la desidia y la corrupción, quedaron edificios a punto de colapsar por lo que hubo que comenzar una etapa titánica.

Poner gente propia en cada ministerio ayudó a ordenar y saber cuáles debían ser las prioridades. Se trabajó arduamente en ello y si bien hubo áreas en las que, pese a los embates, pudieron sortear las piedras en el camino, otras quedan aún con materias pendientes.

Los anuncios sobre transparencia y ética pública sirven para intentar dar vuelta la página luego de algunos errores y desprolijidades de integrantes del “mejor equipo de los últimos 50 años”, pero sólo son eso: medidas para seguir ordenando el desorden.

Es muy lindo escuchar que lo logrado “lo hicimos juntos” pero para muchas familias argentinas los pocos logros en materia económica no se reflejan en su día a día, todo lo contrario.

Llegó la hora de poner segunda, dejar de victimizarse y hacer todos los cambios necesarios para que las inversiones lleguen, para que la gente tenga trabajo y para que la meta que se fijó Macri cuando asumió realmente se cumpla. Que haya menos pobres en un país que no sólo produce innumerable cantidad de alimentos sino que también es hermoso de norte a sur y de este a oeste.